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Ruta por Montaña Bocinegro en El Médano: sendero volcánico, calas y vistas hacia Montaña Roja

Montaña Bocinegro se alza junto a El Médano, en el extremo sur de Tenerife, y ofrece un itinerario muy fotogénico entre lavas rojizas, pequeños acantilados y calas protegidas del viento. En esta guía visual encontrarás los puntos más interesantes del recorrido, consejos para seguir el sendero y las mejores panorámicas hacia Montaña Roja y la costa.

Vista amplia de El Médano desde la zona de Montaña Bocinegro, con el litoral al fondo y mar de tonalidad azul.
El punto de partida ideal: vistas abiertas de El Médano y del litoral, con el viento típico de la zona.

Desde la franja costera se reconoce enseguida el carácter árido y volcánico del entorno. El terreno es cómodo pero pedregoso y conviene llevar calzado con suela firme; en días ventosos, una gorra o pañuelo ayuda bastante.

Poste direccional con la indicación Montaña Bocinegro junto al sendero que discurre paralelo al mar.
La ruta está señalizada; basta con seguir los hitos y el camino principal junto a la costa.

La señalización confirma que vamos en la dirección correcta. A partir de aquí el sendero gana altura poco a poco y aparecen tramos con piedra volcánica suelta.

Tramo del camino sobre la ladera de Montaña Bocinegro con El Médano y la costa extendiéndose al fondo.
Subiendo por la ladera, el paisaje se abre hacia El Médano y el cono vecino de Montaña Roja.

A medida que ascendemos, el sendero dibuja curvas suaves y permite detenerse en pequeños miradores naturales para disfrutar del contraste entre el rojo de la roca y el azul del océano.

Estructura semienterrada de hormigón en la ladera, integrada en el paisaje volcánico de Montaña Bocinegro.
En la ladera aparece una antigua estructura semienterrada que recuerda el valor estratégico del lugar.

Estas construcciones aportan interés histórico al paseo. Se encuentran integradas en el relieve y suelen pasar desapercibidas si no se camina con atención.

Risco volcánico y espuma del mar rompiendo en la base de Montaña Bocinegro.
Pequeños acantilados moldeados por la erosión marina; conviene extremar la precaución si hay oleaje.

El borde costero alterna plataformas de lava y cortados de poca altura. En pleamar algunas pozas se llenan de agua transparente y funcionan como espejos del cielo.

Pequeña cala de arena oscura entre rocas volcánicas, con una persona tomando el sol junto al mar.
En las hendiduras de la costa aparecen calas íntimas y protegidas del viento, perfectas para un baño tranquilo.

Estas calas suelen tener acceso por veredas cortas desde el camino principal. Recomendable llevar escarpines: la entrada al agua es rocosa.

Texturas volcánicas: formas, capas y pozas

Perfil rocoso en la línea de costa con diferentes capas de lava de color rojizo y gris.
Capas de lava solidificada con tonos rojos y grises que revelan distintos episodios eruptivos.
Primer plano de un frente rocoso poroso con tonalidades granate, negro y ocre.
Primer plano de la roca porosa, donde se aprecian vesículas y cambios de color por oxidación.
Detalle de la superficie de lava con pozas intermareales que reflejan la luz dorada del sol.
Sobre la plataforma de lava se forman pequeñas pozas intermareales que, con marea baja, dejan ver algas y sedimentos.

El conjunto de texturas y colores da mucho juego para la fotografía macro. Son zonas frágiles: conviene caminar por superficies estables y evitar pisar charcos con vida marina.

Perfil de Montaña Roja visto desde Montaña Bocinegro, con senderos marcados sobre laderas rojizas.
Desde Bocinegro se obtienen algunas de las mejores vistas de Montaña Roja y su entorno protegido.

El tramo final de la ruta devuelve al caminante al punto de inicio por el mismo sendero. El recorrido es corto, perfecto para combinar con un baño en las calas o con un paseo por El Médano.

Consejos rápidos para la visita

Conclusión: La ruta de Montaña Bocinegro es una escapada corta y accesible para disfrutar del paisaje volcánico del sur de Tenerife. Entre calas discretas, miradores naturales y formaciones de lava muy fotogénicas, el paseo ofrece una experiencia completa a dos pasos de El Médano.