El Puertito de Güímar, en la costa este de Tenerife, combina una amplia playa de arena negra con un paseo marítimo muy agradable, zonas de baño protegidas por espigones y un puerto deportivo con ambiente marinero. A continuación encontrarás un recorrido fotográfico organizado por temáticas para planificar tu visita.
La bahía está resguardada por varios espigones, lo que suaviza el oleaje y crea un entorno cómodo para familias y para nadar a lo largo de la orilla.
El paseo discurre paralelo al mar, con bancos y tramos abiertos donde se disfruta la brisa. Perfecto para pasear, trotar o contemplar el atardecer.
En la zona más amplia, el sendero se ensancha y las palmeras acompañan la ruta, dejando a la derecha la playa y a la izquierda las viviendas costeras.
El muelle de piedra volcánica es uno de los puntos más animados. La gente toma el sol sobre la plataforma y aprovecha los accesos para entrar al agua.
Desde el extremo del espigón se aprecia la protección que ofrecen las escolleras a la bahía, creando una zona de baño segura la mayor parte del año.
Además del muelle, existen puntos habilitados con plataformas de madera y handrails para entrar y salir del agua con comodidad, perfectos para hacer snorkel en días claros.
La tradición marinera se mantiene viva en el puerto deportivo, con varadero y embarcaciones de recreo. El Club Náutico es un referente social y deportivo del núcleo.
Junto al dique interior se alinean los pantalanes y casetas; es la zona donde se preparan travesías y salidas de pesca.
En el corazón del paseo, una plaza amplia concentra juegos infantiles, bancos a la sombra y restaurantes con vistas al litoral.
Las terrazas y cafeterías mantienen un ambiente constante a mediodía y al anochecer, ideal para degustar pescado fresco.
El núcleo urbano alterna vías peatonales en ligera pendiente con edificios residenciales. Es cómodo recorrerlo a pie desde la playa.
Junto al espigón aparecen viviendas con fachadas de colores, un sello visual de los barrios marineros de Tenerife.
El carácter pesquero del lugar se aprecia en las embarcaciones que descansan sobre la arena volcánica a un paso de la zona de baño.
El pequeño templo del núcleo aporta un rincón sereno y tradicional al conjunto urbano.
La señalética peatonal facilita orientarse hacia el muelle pesquero, la iglesia de Santiago Apóstol, el centro de salud y la playa de La Charcada.
Conclusión: el Puertito de Güímar ofrece una combinación equilibrada de playa cómoda, paseos con vistas, puntos de baño bien acondicionados y ambiente marinero. Una escapada perfecta para disfrutar del litoral del sureste de Tenerife durante todo el año.